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Fin. Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones.
Si una persona “normal“, correctamente adaptada a la sociedad, intenta leer estos libros como lo que es; alguien en estricto apego a las convenciones sociales, entonces no entenderá el punto ni la razón de estos escritos. Al menos eso quiero comprender.
Ahora que lo leo puedo aseverar la siguiente afirmación, quien me presto este ejemplar, cuadra perfectamente con la personalidad de Bukowski. Y es por eso que ahora entiendo todas las platicas durante la entrega de los libros, donde me describieron al personaje; un anciano, alcohólico sin remedio, feo por opinión propia, que simplemente escribe sobre la vida tal cual el la ve. Y debo admitir que es cierto. Sin embargo, retomando el tema central, si su obra no es vista desde esta perspectiva, es decir, comprender que todas las historias que cuenta ya sean anecdotistas, apoyadas en vivencias o simplemente extraídas de su retorcida imaginación, es bajo su peculiar óptica de la vida. Una vida despreciable a la que con gusto le da la espalda, con tal de seguir siendo quien es y solo porque se le antoja. Es por eso que cualquier lector que odia lo socialmente establecido o lo socialmente aceptado encontrara en Bukowski su bandera de guerra.